Nicola Di Bari, cuyo verdadero nombre es Michele Scommegna, es sin duda uno de los cantantes italianos más populares y queridos en el mundo.
Nació en Zapponeta (Foggia) el 29 de septiembre de 1940, justo en el día de San Miguel, patrón de su pequeño pueblo.
En su último año de primaria, en la casa de la familia Scommegna se empezó a discutir sobre lo que lo que iba hacer Michele en edad adulta. Se decidió que no sería campesino como su padre y sus hermanos, sino que estudiaría. Así que el padre lo inscribió al Instituto Arzobispal Sagrado Corazón de Manfredonia.
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Durante los años de la escuela secundaria nunca sintió el deseo de cantar ya que tenía una voz tosca y cavernosa. Luego un día, el 29 de septiembre en la feria del patrón de Zapponeta, Michele ya adolescente estaba dando vueltas con sus amigos por los puestos del pueblo, entre barracas de tiro al blanco, tiovivos (carrusel) y vendedores ambulantes de juegos y golosinas, es impresionado por la presencia de un viejecito que está con aire triste cerca de su puesto de helados.
<<¿Qué pasa?, se entera, ¿los negocios no van bien?>> el viejecito está afligido por no tener ni un hilo de voz y por no poder atraer los clientes. Todos van a comprar helados a los puestos de los otros, de los que se hacen oír con un gran vozarrón…
<<La gente no se da cuenta ni siquiera de que estoy aquí>> concluye con lágrimas en los ojos.
Michele, con su gran corazón, coge el megáfono y empieza a gritar <<Helados, helados, los mejores helados de la región>>.
Sus amigos tienen una idea <<Michele, ¿por qué no cantas una de esas canciones , como sueles hacerlo durante el recreo en la escuela?>>. Michele, en plan de juego comienza a cantar y se da cuenta de que la gente se acerca, se reúne alrededor de él, le aplaude y quiere más canciones. Mientras tanto el viejecito vende todos sus helados.
Michele quiere terminar, pero el público insiste <<Canta, canta otra vez…>>.
Cuando vuelve a casa, Michele tiene una idea específica en la cabeza: Será un cantante de música ligera.
Comienza con pequeños concursos regionales, luego el Festival de Jesi, La Caravella dei Successi (Caravela de los éxitos) y Castrocaro. A los dieciocho años, durante el verano, entabla amistad con I fratelli Principe (Los Hermanos Príncipe), dos acordeonistas famosos en aquella época, que le proponen ir en gira con ellos al Lago Maggiore.
El padre de Michele no está de acuerdo, pero al final el chico lo convence y obtiene el permiso de partir hacia el norte.
En esta manera, deja muy joven su lugar de origen para ir en busca de sus sueños, y en 1958 se muda a Milán. La capital lombarda es también la capital de la musica ligera pues allí están los mayores sellos discográficos.
<<…amaba la música y quería cantar. Frecuentaba los lugares como Galleria del Corso en Milán, porque justo en ese lugar estaba la sede de algunos de los mayores sellos discográficos de aquel entonces. Ahí pensaba que sería más fácil triunfar. Y en Galleria del Corso conocí a los “genoveses”: Michele, Tenco, Calabrese, Los Hermanos Reverberi entre otros>>.
Participa enseguida en un concurso para voces nuevas y el jurado queda impresionado por aquella voz tan singular ocupando el primer puesto. Entre los jurados estaba el maestro Leoni del sello discográfico SAAR, que ofrece darle clases de canto y en poco tiempo le consigue un contrato con dicho sello, líder en aquél entonces.
Con SAAR graba una serie de dichosas canciones, entre ellas “Piano pianino” (Cuidado, cuidado), “Amor non farmi pianger più” (El amor no me hace llorar), “Perché te ne vai” (Porqué te vas), “Amici miei” (Mis amigos) y al mismo tiempo participa en el evento del verano Cantagiro.
En 1964 la canción “Amore ritorna a casa” (Amor retorna a casa) divulga el inicio de una carrera que con el tiempo se revelará larga y fabulosa. La canción gusta, porque se sobre todo se aprecia la voz de este joven cantante y el LP se ubica entre los más vendidos.
Ahora le espera la prueba más importante, el Festival de San Remo del año siguiente. En 1965 SAAR lo lleva a dúo con Gene Pitney a este festival con “Amici miei” (Mis amigos), clasificando en el segundo lugar.
Vuelve a cantar con el cantautor americano en este festival en los dos años siguientes, con “Lei mi aspetta” (Un hombre no sabe muchas cosas) en 1966 y “Guardati alle spalle” (Mira hacia atrás) en 1967.
Desde hace algunos años está comprometido con la hermosa y dulce Agnese Girardello, una chica joven de origen veneto. En el mismo tiempo, en su “Spider azul”, coche comprado con el primer dinero ganado, va y viaja a menudo entre Milano y Zapponeta ya que siempre ha sido muy apegado a su familia y en particular a su padre, que durante los comienzos duros, siempre estuvo muy cerca de él, animándolo a seguir por aquel camino.
El resultado de “Guardati alle spalle” no era el esperado, basta errar un tiro y uno tiene que volver a empezar desde el principio.
El festival de 1967 es para Nicola la edición de San Remo más triste, pues está afectado por la perdida de su amigo querido y colega Luigi Tenco, después de algún tiempo como homenaje graba el LP muy sugestivo “Nicola Di Bari canta Luigi Tenco”.
La dulce Agnese no deja en un ningún momento de animarlo, sabe como hacer sonreír aquel chico vulnerable y con aire poco ceñudo, decide casarse con él. El 21 de Diciembre del 1967 se fija la fecha de la boda, que es celebrada por el Padre Girardello, fraile franciscano hermano de Agnese … y la historia de Nicola Di Bari se tiñe de rosado…
En 1968, el cantante se presenta nuevamente al Cantagiro con la intención de volver a ganar y participa con una bella canción cuyo título es “Eternamente” (Eternamente), un verdadero motivo de orgullo en su repertorio. La música fue compuesta por Charlie Chaplin para “Limelight” y la letra es de Nicola que la obtuvo de una carta escrita por él, el año anterior, para Agnese cuando estaba de gira por Buenos Aires. Es una canción delicada y romántica; para comprenderla, saborearla y apreciarla hay que escucharla en silencio con atención. En el Cantagiro participa de manera prestigiosa, aunque un poco desorientado por la mala cariza que está tomando la escena musical de dicho evento, marcada por la enorme participación de conjuntos beat que atraían un público de jovenes acalorados. La noche de la final en Massa Carrara, Nicola se sube al escenario para cantar “Eternamente” algo diferente y muy emocionado, pues estaba feliz.
¿Qué pasó? Unos minutos antes de presentarse lo llamó por teléfono su hermano para decirle que se había convertido en padre de una niña hermosa, Ketty. Inmediatamente es acosado por los periodistas, que se habían enterado del feliz evento <<Nicola, ¿estás contento?>> <<Es una satisfacción grandísima, contesta muy emocionado, pero hubiese querido estar cerca de Agnese>>. Acabada su presentación, corre a Milán.
La llegada de Ketty parece prodigiosa, porque marca el inicio de una gran oleada de suerte para Nicola.
En la primavera de 1968, hay una canción en Francia que tiene mucho éxito. Nicola piensa en esa propuesta con una buena letra en italiano y la graba al final del año, con el título “Il mondo è grigio, il mondo è blu” (El mundo es gris, el mundo es azul). El LP consigue el éxito inmediato vendiendo en pocas semanas cientos de millares de copias.
Llegan avalanchas de cartas, llamadas telefónicas de admiradores, de periodistas y de empresarios con propuestas de giras.
Mientras tanto cambia de sello, pasando a la RCA, dentro del cual trabaja con los hermanos Gianfranco y Gianpiero Reverberi, valiosísimos colaboradores.
Ellos le preguntaron ¿Qué piensas de los años ‘60?, él contesta: <<Ha sido un periodo dichoso para la música ligera italiana. También se vendía mucho al extranjero. La música expresaba lo que sucedía en aquel entonces en nuestro país, el cual tenía mucha ganas de vivir, de renacer, de volver a florecer; los letristas y los compositores se dejaban llevar por este ”aire nuevo” y los productores tenían ganas de buscar nuevos talentos y de invertir sobre ellos. Luego, con la llegada de la revolución del ‘68 y de los profundos cambios en la sociedad, como consecuencia se ha visto también un cambio en la música: Nosotros, intérpretes y compositores, hemos modificado nuestra manera de expresar >>.
<< En los años ‘60, además, habían muchos concursos y eventos al alcance de jóvenes desconocidos y principiantes. Hoy, casi no se habla más de concursos. Quien quiere hacer de cantante empieza autoproduciéndose, inventándose una etiqueta, proponiéndose en gira junto a nombres más conocidos, esperando llegar lejos>>.
Entre el año 1968 y el 1975 se localiza la época de oro de Nicola Di Bari. En este panorama musical, la suya es poesía simple en estado puro, que frecuentemente acaricia el corazón.
No hay que esperar de él, canciones beat, de protesta o de denuncias en contra de muchas de las cosas que no convencían en la Italia de entonces. Él solo canta al amor y a sus emociones, emociones sencillas que al mismo tiempo son grandes e intensas.
La nueva etiqueta del cantante lo planifica de una manera que podríamos definir comercial: muchos LP's al año bien distanciados, giras al extranjero organizadas con todo detalle y en función a dichos LP's grabados.
Después del éxito de “Il mondo è grigio, il mondo è blu”, Nicola no consigue dejar de pensar en una canción que él mismo ha escrito y que se llama “La prima cosa bella” (La primera cosa bella).
Personalmente está convencido de que es un tema con mucho valor, aunque el productor del sello discográfico manifiesta sus dudas.
Después de un par de años, Nicola logra de todas maneras llevar la canción al Festival de San Remo de 1970, junto a Ricchi e Poveri (Ricos y Pobres) clasificando en el segundo puesto. El público, en cambio, decreta que él es el verdadero triunfador de aquella edición: ”La primera cosa bella” tiene mucho éxito, alcanzando de forma inmediata la cumbre de los top ventas y el sello, aunque trabajando duro, logra a penas satisfacer las exigencias del mercado.
Aquí empieza la ascención imparable de Nicola. Graba “Se mai ti parlassero di me” (Si alguna vez me hablaras), versión italiana de “Smile” de Charles Chaplin, un tema muy querido por Mateo, su padre. Luego, ”Un uomo molte cose non le sa” (Un hombre no sabe muchas cosas), tema de mucha calidad artística. Finalmente, la divertida e irónica “Sai che bevo, sai che fumo” (Sé que bebo, sé que fumo).
Nicola todavía está disfrutando de los resultados de San Remo ‘70 pero ya está por llegar el Festival del ‘71.
La RCA sabe que esta vez Nicola Di Bari puede ser el ganador y la une a la muy joven Nada, para presentar “Il cuore è uno zingaro”(El corazón es un gitano) . Las previsiones eran exactas y la canción de Migliacci-Mattone llega hasta al primer puesto. Del mismo año son la espontánea “Paese” ("Mi pueblo") o la autentica “Era di primavera” (Era la primavera).
En 1972, otra vez queda ganador, primero en el programa popular de la televisión italiana Canzonissima con “Chitarra suona più piano” (Guitarra suena más bajo) y después en el Festival de San Remo, esta vez canta solo y saborea la felicidad del triunfo de “I giorni dell’arcobaleno” (Los días del arco iris), que queda en el 1° puesto.
En su casa, en medio del clima alegre de las victorias, llega su segunda hija, que le hará compañía a Ketty, se llama Nicoletta.
Todavía en el 1972, Nicola graba algunas de sus canciones más bellas, la dulcísima “Ti fa bella l’amore” (El amor te hace linda), “Zapponeta”, un tema dedicado a su pueblo de manera simple y espontánea, empapado de colores y de las atmosferas del sur de Italia, “Vagabondo” (Vagabundo), de ritmo arrasador, un verdadero himno para los muchachos de los años ‘70, pero también apreciados por aquellos jovenes que hoy Nicola encuentra en sus conciertos y que descubren en él que es un artista sin tiempo y “Chitarra suona più piano” (Guitarra suena más bajo), una obra de arte absoluta.
Entre los innumerables eventos en las que toma parte en aquellos años, recuerda el Festival de Venecia en el ‘71, después en el ‘72 y en los mismos años el Festival de Eurovisión en Edimburgo (Escocia).
El Festival de San Remo y Canzonissima eran en aquellos tiempos eventos importantísimos en Italia, participar y ganar representaba en la carrera de un cantante, un altísimo reconocimiento a su valor artístico.
Nicola mismo afirma << En aquella época, ganar cantando en un evento de aquella magnitud, te llevaba a sentir una fuerte serenidad interior, una sensación casi de éxtasi. Cuando oías prononciar tu nombre y te proclamaban ganador pensabas que habías llegado a la cumbre…era de veras increíble!, pienso que todavía lo es >>.
Siguiendo en 1972, se aventura en el rol de actor, cuando el director Carlo Lizzani lo llama para actuar como protagonista en la película “Torino nera”.
En 1973 deja la RCA y pasa a la WEA de Italia y en noviembre del mismo año llega su tercera hija, Arianna.
En 1974 participa al Festival de San Remo con “Il matto del villaggio” (El pueblo idiota) y otra vez en Canzonissima.
En 1976 graba “La più bella del mondo” (La más bella del mundo) versión dance, que aparece en las discotecas en el verano y ocupa uno de los primeros puestos.
Su fama, que rápidamente ha llegado al extranjero, se difunde en todas partes, pero sobre todo en América Latina, donde él siempre ha sido muy querido, por sus maneras auténticas y su voz muy “caliente”. Esto lo impulsa a grabar temas también en español. Grabar en esta lengua le revela una elección acertada, sobre todo en 1977 con el LP “Lei mia” (Eres mía), que tiene muchísimo éxito en Sudamérica.
En 1979 en colaboración conjunta de Darío Baldan Bembo, nace una serie de temas, entre ellos sobresale la estupenda y etérea "Chiara”.
En febrero del mismo año, es padre por la cuarta vez. Con la llegada del varoncito tan esperado, Mathis, la familia ahora está completa.
Pasan otros dos años en los que trabaja mucho en el extranjero y con giras triunfantes en España, Canadá, Norte y Sur América, Australia, Japón y Korea.
En 1981 sale el LP “Passo dopo passo” (Paso a paso), que contien el sencillo “Giuro” (Juro), que se convierte en otro éxito en lengua española.
En este momento decide descansar y dedicarse a su familia.
Graba menos LP's y su nombre aparece con menos frecuencia en las carteleras de los concursos de canto. Esto se debe al hecho de que los melódicos como él, no logran encontrar suficiente espacio en una escena musical dominada por profundos cambios. Esto no significa que los “cantantes al estilo italiano” no tuvieran éxito.
En los años ‘90, los observadores más agudos han notado un cierto retorno al género melódico, en esta perspectiva se coloca Nicola Di Bari con el LP “Innamorarsi”(Enamorarse), en el que sobresale “Rosa”, tema espléndido en versión española, que vuelve a conquistar los top ventas sudamericanas.
En estos últimos años se han publicado una serie de antologías con los temas más hermosos grabados por Nicola Di Bari, como el recordado “Un successo dopo l’altro” (Un éxito tras otro) editado por la BMG.
Las sonoridades de las últimas antologías publicadas, proponen los temas más lindos y representativos de Nicola, reexaminados con el gusto y la madurez que este gran autor e intérprete acumulara durante su larga carrera, sin que la originalidad y la espontaneidad de sus temas vengan gastados, de esta manera se quedan invariadas las características de Nicola: un cantante melódico, nostálgico, "el último romántico" como el título de una de sus grabaciones.
En el 2000, Nicola trabaja un LP titulado “Un lungo viaggio d’amore” (Un largo viaje del amor).
Actualmente, Nicola esta realizando nuevos proyectos.
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